En el blog, anterior, te hable de
donde provenían las emociones, y que
mediante a estudios se había determinado, que los seres humanos teníamos dos
cerebros o hemisferios del cerebro, y al igual teníamos dos tipos de
inteligencias: la racional y la emocional.
Te explique que la inteligencia emocional, es
la capacidad de motivarnos nosotras mismas y que dentro de la inteligencia
emocional, hay muchos factores importantes que quiero contarte, ya que llevarte esta información
para que tú seas mejor mujer en todos los aspectos de tu vida, es fundamental
para los principios de este blog.
La inteligencia emocional, va mucho
más allá, de nuestro intelecto, puedes ser una abogada y no tener mucha
inteligencia emocional y si gran inteligencia racional, así como puedes ser la
señora que limpia y tengas un mayor control sobre tus emociones y una vida más
plena, quizás no sepas racionalmente de muchas cosas.
Esto que te digo es debido a que
se han realizado, diversos estudios de largo plazo y han ido observando las
vidas de las personas que tenían una puntuación más alta en las pruebas
intelectivas, realizando comparaciones que han hecho comparaciones de sus
niveles de satisfacción frente a ciertos indicadores (la felicidad, el
prestigio o el éxito laboral) con respecto a los promedios. Todos ellos han
puesto de realce el coeficiente intelectual apenas representa un 20% de los factores
determinantes del éxito.
Y el 80% restante depende de otro
tipo de variables, tales como la clase social, la suerte y, en gran medida, la inteligencia emocional. Así, la capacidad de motivarse a sí mismo, de
perseverar en un empeño a pesar de las frustraciones, de controlar los
impulsos, diferir las gratificaciones, regular los propios estados de ánimo,
controlar la angustia y empatizar y confiar en los demás parecen ser factores
mucho más determinantes para la consecución de una vida plena que las medidas
del desempeño de inteligencia racional.
Tal como sucede con las
matemáticas o la lectura, la vida emocional constituye un ámbito que se puede
dominar con mayor o menor habilidad. A menudo se nos presentan en el mundo
sujetos que evocan la caricatura estereotípica del intelectual con una
asombrosa capacidad de razonamiento, pero completamente inepto en el plano
personal. Quienes, en cambio, gobiernan adecuadamente sus sentimientos, y saben
interpretar y relacionarse efectivamente con los sentimientos de los demás,
gozan de una situación ventajosa en todos los dominios de la vida, desde el
noviazgo y las relaciones íntimas hasta la comprensión de las reglas tácitas
que determinan el éxito en el ámbito profesional.
Se dice que no existe un test capaz
de determinar el «grado de inteligencia emocional», a diferencia de lo que
ocurre con los test que miden el coeficiente intelectual (CI). Jack Block,
psicólogo de la universidad de Berkeley, ha utilizado una medida similar a la
inteligencia emocional que él denomina «capacidad adaptativa del ego»,
estableciendo dos o más tipos teóricamente puros, aunque los rasgos más
sobresalientes difieren ligeramente entre mujeres y hombres:
“Principalmente, Las mujeres
emocionalmente inteligentes tienden a ser enérgicas y a expresar sus
sentimientos sin rodeos, tienen una visión positiva de sí mismas y para ellas
la vida siempre tiene un sentido. Al igual que ocurre con los hombres, suelen
ser abiertas y sociables, expresan sus sentimientos adecuadamente (en lugar de
entregarse a arranques emocionales de los que posteriormente tengan que
lamentarse) y soportan bien la tensión. Su equilibrio social les permite hacer
rápidamente nuevas amistades; se sienten lo bastante a gusto consigo mismas
como para mostrarse alegres, espontáneas y abiertas a las experiencias
sensuales. Y, a diferencia de lo que ocurre con el tipo de mujer con un elevado
Cociente Intelectual, raramente se sienten ansiosas, culpables o se ahogan en
sus preocupaciones”.
“La mujer con un elevado Coeficiente
Intelectual, manifiesta una previsible confianza estudiosa, es capaz de
expresar claramente sus pensamientos, valora las cuestiones teóricas y presenta
un amplio abanico de intereses estéticos e intelectuales. También tiende a ser introspectiva,
predispuesta a la ansiedad, a la preocupación y la culpabilidad, y se muestra
poco dispuesta a expresar públicamente su enfado (aunque pueda expresarlo de un
modo indirecto)”.
Estos retratos, obviamente,
resultan caricaturescos pues toda persona es el resultado de la combinación
entre el Cociente Intelectual y la inteligencia emocional, en distintas
proporciones, pero ofrecen una visión muy instructiva del tipo de aptitudes
específicas que ambas dimensiones pueden aportar al conjunto de cualidades que
constituye una persona.
Daniel Goleman también recoge el
pensamiento de numerosos científicos del comportamiento humano que cuestionan
el valor de la inteligencia racional como predictor de éxito en las tareas
concretas de la vida, en los diversos ámbitos de la familia, los negocios, la
toma de decisiones o el desempeño profesional. Citando numerosos estudios
Goleman concluye que el Coeficiente Intelectual no es un buen predictor del
desempeño exitoso. La inteligencia pura no garantiza un buen manejo de las incidencias
que se presentan y que es necesario enfrentar para tener éxito en la vida.
Viendo la importancia de la
inteligencia emocional, no solo por estudios de psicólogos, sino que también
actualmente muchos empresarios, han notado la importancia de esta inteligencia
para un mejor ambiente laboral, te invito a que sigas leyendo esta información
ya que en el otro blog te tengo mucha información respeto a la inteligencia
emocional, porque principalmente a nosotras las mujeres nos resulta un poco más
complicado tener control sobre nuestras emociones, por factores biológicos y
cambios de estado de ánimo, pero vamos a ir aprendiendo a ser totalmente
inteligentes emocionalmente.
excelente comentario
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